En este día la Iglesia nos llama a orar por los pueblos indígenas, a orar junto a ellos, abriendo nuestra mirada y corazones a la vida de nuestros pueblos. Queremos en este día escuchar esa vida y ese clamor de nuestros hermanos y hermanas. Orando junto a ellos, con ellos y por ellos, como hijos e hijas de un mismo Padre.