En este día recodamos la Transfiguración del Señor con la revelación solemne de Jesús como Hijo, como predilecto y como Maestro y nos muestra la gran meta del cristiano, la Gloria de Dios a la cual estamos también invitados.
Te dejamos algunas preguntas para meditar en la semana: ¿He sentido que en algún momento Dios me ha preparado a mí, como a los discípulos con su transfiguración, para afrontar una situación de cruz o sufrimiento? ¿Tengo conciencia de la gloria de Dios?