Este sábado 12 de marzo se realizó el Inicio del Año Pastoral de la Iglesia de Santiago, con un fuerte llamado a seguir desarrollando una misión permanente especialmente en medio de las realidades de dolor.
Durante la jornada, los pastores de Santiago compartieron con agentes pastorales, sacerdotes y religiosas de diversos puntos del gran Santiago la gran misión para este año: Ser misioneros misericordiosos entre los más débiles.
"Nos reunimos como pueblo de Dios de la Iglesia de Santiago para fijar los ojos en Dios y escuchar su voz. Para ser en medio de la historia que nos toca vivir, un signo concreto de su presencia amorosa en el mundo", dijo el arzobispo de Santiago, Monseñor Ricardo Ezzati ante la asamblea reunida en el colegio Sagrados Corazones.
“Hace tres años el Papa Francisco iniciaba su ministerio. Desde nuestra Iglesia de Santiago queremos ofrecerle al Santo padre nuestra obediencia filial y nuestra oración para que el camino que está enfatizando sea el camino de todos nosotros”. Por ello el cardenal compartió con los asistentes lo que habló con Francisco en un reciente encuentro en Roma: ”pude expresarle la cercanía de toda nuestra Iglesia, que quiere caminar junto al sucesor de Pedro para que el Evangelio llegue a ser el gozo de todos nosotros y de la humanidad entera”.
Profundizando en la misericordia, el cardenal Ezzati insistió: "Debemos privilegiar a los más débiles y necesitados. Debemos conmovernos y redescubrir la realidad de tantos hermanos y hermanas en tantas periferias y llegar a ellas". Por eso invitó a que desde la realidad de cada zona, parroquia, movimiento o centro educativo se desarrollen obras misericordia. “La iglesia está llamada a ser servidora de la humanidad. No solo para los cristianos sino para todas las personas. Queremos testimoniar con servicio humilde, reconociéndonos frágiles. Dar de comer al hambriento, acoger al forastero, visitar al que está encarcelado o enfermo”.
En representación de nuestra parroquia, asistió al encuentro el Padre Jorge Barros, acompañado de agentes pastorales de nuestra comunidad parroquial.
Recemos porque estos desafíos y acentuaciones pastorales sean realidad en cada una de las comunidades, especialmente en nuestra parroquia San Francisco de Sales.
