El Padre Nicolás era miembro consagrado del Regnum Christi, vocación que vivió por años y a la que llegó por la experiencia de vida que tuvo como exalumno del Colegio Cumbres, que forma parte de la Red de Colegios de esa institución. El sábado 15 de marzo, el obispo auxiliar de Santiago, Monseñor Alberto Lorenzelli, S.D.B., presidió la ceremonia en que el Padre Nicolás Brown fue ordenado sacerdote Legionario de Cristo, en la capilla del Colegio Cumbres. Sin embargo, su primera misa quiso celebrarla en nuestra Parroquia. Fue aquí donde sintió el llamado al sacerdocio.
Al día siguiente de su ordenación sacerdotal, presidió su primera misa en nuestra Parroquia San Francisco de Sales. Durante la homilía explicó cómo un lunes 16 de enero de 2017 fue llamado al sacerdocio por el Señor. Ese día vino a nuestra Parroquia a misa, en la tarde, junto a un grupo de voluntarios de los que estaba a cargo. Llegó unos minutos antes y se sentó al final, al lado derecho. Fue ahí donde se dio su primera conversación con el Señor. “Me puse de rodillas a rezar un rato, y mirando al Crucifijo, Jesús me habló y me dijo: Quiero que seas sacerdote”. Frente a ese primer llamado el Padre Nicolás explicó, a los presentes, que le dio un miedo “gigante”. Incluso le dijo que no quería, pues era muy feliz con su vida como consagrado. El Padre Nicolás en ese tiempo trabajaba con los jóvenes que participaban en la vida del Regnum Christi y además era parte del equipo del Colegio Everest. “Estaba muy contento con lo que hacía”, afirmó.
En su conversación con Dios, le dio varias razones por las que no podía ser sacerdote como por ejemplo quién se haría cargo de su familia, pues su papá había fallecido hacía dos meses. “A cada una de ellas, Él me respondía”. Comenzó la misa y mientras los sacerdotes entraban en procesión, el Padre Nicolás miró al Crucifijo y le dijo: “Yo no puedo pasar el resto de mi vida feliz, sabiendo que te dije que no. Lo único que te pido es que me des una prueba que Tú quieres esto y yo acepto”.
En la misa, un joven comienza a leer el salmo, y dice: “Salmo responsorial repitamos todos: Tú eres sacerdote para siempre”. Nicolás se quedó helado. “En ese momento entró algo muy fuerte en mí, yo sabía que era Él que me pedía esto”.
La ceremonia, presidida el por el Padre Nicolás, estuvo llena de jóvenes, amigos y cercanos. En primera fila estaba su madre junto a sus hermanos.
Es una gran alegría para nuestra comunidad y toda la Iglesia el contar con un nuevo sacerdote. El llamado a los laicos es a seguir rezando por las nuevas vocaciones y por la santidad de quienes ya son nuestros pastores.