El 5 de marzo, es Miércoles de Cenizas, marca el inicio de la Cuaresma, un tiempo litúrgico de 40 días que nos invita a preparar nuestro corazón para Semana Santa y, sobre todo, para la celebración de la Pascua.
Este periodo se caracteriza por el ayuno, la oración y la penitencia, prácticas que nos permiten renovarnos espiritualmente y fortalecer nuestra relación con Dios.
En este día tan significativo, los católicos recibimos una cruz de cenizas sobre nuestra frente, símbolo de la misericordia infinita de Dios. La imposición de las cenizas es acompañada por las palabras del sacerdote: "Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás", un recordatorio profundo que proviene del libro del Génesis, recordándonos nuestra fragilidad humana y nuestra necesidad de arrepentimiento y conversión.
Tras recibir las cenizas, nos retiramos en silencio, reflexionando sobre esta frase, con el firme propósito de vivir los próximos 40 días en actitud cuaresmal. Durante este tiempo, nos enfocaremos en las obras corporales y espirituales, como la caridad, el perdón, la oración y el sacrificio, buscando una transformación interior que nos acerque más a Cristo.
Las cenizas utilizadas en las Eucaristías de este día provienen de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior. Este acto nos conecta con el ciclo litúrgico de la Iglesia, cerrando un capítulo y abriendo uno nuevo. Es una invitación a la renovación espiritual, a dejar atrás lo viejo y dar paso a lo nuevo en nuestro caminar de fe.
Por ello, te invitamos a traer tus ramos de palmas benditas del año pasado, que serán transformadas en las cenizas que recibirás en tu frente.
Que este Miércoles de Cenizas sea el inicio de un viaje profundo hacia la reflexión, el arrepentimiento y, sobre todo, el encuentro con el amor misericordioso de Dios.