El Año Jubilar se presenta como una oportunidad extraordinaria para vivir un encuentro profundo y personal con Jesucristo, quien se presenta como la "Puerta" de la salvación.
Es un tiempo privilegiado para redescubrir la alegría del Evangelio, fortalecer nuestra fe y acercarnos con mayor devoción a los sacramentos, especialmente la Reconciliación y la Eucaristía.
Nuestro párroco, P. Francisco Cruz, nos explica cómo vivir este tiempo:
1. Acercarnos más a los Sacramentos
Los medios espirituales con importantes para vivir un verano lleno de esperanza. Uno de los más significativos es la Eucaristía. “Aunque la Misa dominical es fundamental, aprovechemos cualquier oportunidad para asistir a Misa durante la semana”. “Además, la confesión es otro de los sacramentos que debemos valorar y buscar durante este tiempo”, señala el P. Francisco.
2. Visitar templos jubilares
“Si uno conoce algún templo jubilar, que vaya y cruce la Puerta Santa pidiendo por la conversión propia y también del mundo”, nos dice nuestro párroco, recordando que en la Zona Cordillera tenemos el Templo jubilar Parroquia Nuestra Señora del Rosario.
3. Obras de misericordia
Asimismo, el P. Francisco nos recuerda que la conversión no solo se vive a nivel personal, sino también en nuestras relaciones con los demás.
“Durante este verano, podemos poner en práctica las obras de misericordia, como visitar a los enfermos, escuchar a aquellos que se sienten solos y ofrecer ayuda material a quienes más lo necesitan”.
“Estas acciones concretas son una forma de manifestar nuestra alegría en el Señor y nuestro compromiso con la mejora de nuestro mundo, mostrando en hechos nuestra disposición a ser mejores hijos de Dios”.
4. Palabras del Papa Francisco
Otra recomendación de nuestro párroco es “leer las palabras del Papa Francisco. Lo que va publicando sobre el jubileo y la Puerta Santa”. A modo de ejemplo, citó “Dilexit nos”, la nueva encíclica que habla sobre el rasgo humano y divino del corazón de Jesús.
Este verano es una oportunidad única para profundizar en nuestra fe y esperanza. ¡Crezcamos en la esperanza, la conversión, en el amor a Dios y al prójimo!