Este año la Fiesta de San José se celebra el 20 de marzo, en lugar del tradicional día 19, para que no coincida con el Cuarto Domingo de Cuaresma.
En esta festividad se renueva el concepto de la fidelidad, en donde José demostraba con sus actos fiarse de Dios, por ello tuvo la misión y el privilegio de ser su hombre de confianza aquí en la tierra, para cuidar de María y del niño Jesús.
“Con San José, el cristiano aprende lo que es ser de Dios y estar plenamente entre los hombres, santificando el mundo. Traten a José y encontrarán a Jesús. Traten a José y encontrarán a María, que llenó siempre de paz el amable taller de Nazaret”. (1)
Si nos fijamos en las Sagradas Escrituras, nos podemos dar cuenta de que a lo largo de su existencia su fidelidad para con Dios y su familia se renueva constantemente, por ejemplo, en la sorpresa de la anunciación, en el censo de Belén, cuando huyeron a Egipto e, incluso, cuando un pequeño Jesús se perdió en Jerusalén y fue encontrado en el templo. A pesar de todas esas situaciones, el Santo Patrono respondió siempre con obediencia y alegría todo lo que Dios le pidió.
Celebremos a San José en su día, pidamos a Dios para seguir su ejemplo y recordemos ser fieles, no solo con nuestra familia, sino también con nuestro Señor.
(1) “Es Cristo que pasa“, pág. 56
Fuentes:
