La Caminata de los Andes, peregrinación que se realiza año tras año, reúne a una gran cantidad de personas de las más diversas edades y condiciones que buscan darle un homenaje a nuestra querida Santa Teresa de Los Andes y encontrarse con Dios en la comunión de sentirnos parte de una Iglesia viva que camina hacia el Señor.
Pero son los jóvenes quienes más responden a este llamado y con mucha energía, alegría y esperanza, recorren los 27 kilómetros hasta llegar a la tumba de nuestra santa.
Constanza Yáñez tiene 26 años, es trabajadora social y participa en la Pastoral de Jóvenes de la Parroquia hace dos años. Hoy es coordinadora de la misma y no dudó en volver a realizar la Caminata de los Andes este año, ya que, llevaba cinco sin hacer el recorrido. Lo hizo primero en el colegio, luego en la universidad y ahora que ya es una joven profesional, decidió realizarlo por su Parroquia San Francisco de Sales.
“Para mí la caminata es una prueba de fe. Un acto de amor, porque es dura, yo la sufro. Pero la mística que se vive es bien especial. La gente está toda en tu misma onda. De repente vas con gente que no conoces, pero da lo mismo, es como que lo conocieras de toda la vida. Están todos conectados”, afirma la Cota, como cariñosamente la llaman todos en la Parroquia.
Para ella lo más impresionante de la Caminata siempre es “la fe de muchas personas. Hay gente que hace la caminata de rodillas. Uno se impresiona y te llega como la gente vive su fe, uno se cuestiona si la forma de uno es la más correcta. Gente discapacitada, niños, uno se impresiona y piensa, ¡guau, Dios existe!”.
Cree en la importancia de que los jóvenes participen en este tipo de convocatorias para mostrar quienes realmente son: “Se demuestra al mundo que los jóvenes hoy en día estamos en otra mirada. Que sí hay jóvenes comprometidos, que queremos luchar por un país, por una Iglesia mejor. Es súper importante que los jóvenes se involucren hoy en día en la fe y la den a conocer”.
Lo que más motiva a Constanza a ir, es el final, cuando la meta está cumplida: “A mí me emociona, siempre. Me emociona ver a una gran cantidad de gente en la misma que tú, que tú no estás sola. No estás dando esta pelea sola, sino que hay mucha gente que está en la misma sintonía que tú”.
Para Andoni Iturrigaztegui de 22 años, ésta fue su segunda vez en la Caminata de Los Andes. La primera la hizo el año 2012 y cuando Constanza Yáñez lo invitó a ir por la Parroquia este año, no lo dudó.
“Es una peregrinación que uno va con toda una mística, que todos van caminando y sobre todo un grupo joven. Todos vamos motivados por lo mismo. De llegar al santuario y encontrarnos con el Señor. Y uno también aprovecha de entregar el esfuerzo hecho al Señor. Es un encuentro cercano con Dios y también con el que uno tiene al lado. Es un bonito desafío.”, describe Andoni.
Lo que más le llama la atención, es la fuerza de los jóvenes en el recorrido: “Tomándose de las palabras del Santo Padre, él invita a los jóvenes a ser protagonistas. Uno en la caminata se da cuenta que sí está siendo protagonista de algo, está siendo protagonista de la fe. Está rompiendo mitos actuales de que los jóvenes no quieren ser católicos y que no están ni ahí”.
Cree además en la importancia de quien nos conduce en este caso al Señor, Santa Teresa de Los Andes, ya que, “hay que destacar que ella es una santa, es la primera santa chilena, es un gran ejemplo en su estilo de vida, en la manera en que ella vivió la fe. Cuando uno va caminando va relacionando su vida, que caminó por el mismo camino, que hizo el mismo sendero”.
A todos los jóvenes que participaron en esta gran Peregrinación de nuestra santa chilena, Teresa de Los Andes, los felicitamos y esperamos que sean muchos más el próximo año que se sumen al desafío de caminar todos estos kilómetros con un solo fin: encontrarse con la persona de Jesús, vivo entre todos nosotros.
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