El 12 de diciembre de cada año la Iglesia Católica celebra la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Ese día, en 1531, la Virgen María se apareció a un indígena de 57 años llamado Juan Diego.
Juan Diego fue proclamado santo por San Juan Pablo II en 2002.
En uno de sus encuentros, la Virgen María le encargó a San Juan Diego que recogiera en su manta –una tela muy sencilla– rosas de Castilla que habían crecido en el árido terreno para que se las presentara al primer Obispo de México, Fray Juan de Zumárraga, como prueba de las apariciones.
Cuando Juan Diego desplegó la manta con las rosas ante el Prelado, apareció impresa la imagen de Nuestra Señora Guadalupe. Dando cuenta del milagro de nuestra Santísima Madre. En los siguientes siete años, más de nueve millones de indígenas se convirtieron al cristianismo.
Debido a su importancia para el continente, el 24 de agosto de 1910, el Papa Pío X la declaró "Celestial Patrona de América Latina". Luego, Pio XI la declaró "Patrona de todas las Américas" y Pio XII la llamó "Emperatriz de las Américas". Mientras que Juan XXIII, la bautizó como "La Misionera Celeste del Nuevo Mundo" y "la Madre de las Américas". (2)
(2) uic.mx
