"Mis padrinos han sido un pilar fundamental en mi formación profesional"

Miércoles 16 de Marzo, 2022


 

¡Cambia la vida de un joven y sé padrino del Programa de becas "Cambiemos el futuro"!

Conny Sanzana, José Ignacio Sanhueza y Juan Pablo Urriola son becados de esta maravillosa iniciativa parroquial que le ha permitido a muchos jóvenes financiar parte de sus carreras y así comenzar a forjar su futuro profesional y ¡tú puedes ser parte de ese camino!

Este año puedes apadrinar a un estudiante para que pueda estudiar una carrera. Son 15 los estudiantes becados actuales y están postulando 12 jóvenes nuevos. ¡Te necesitamos!

¿Cómo apoyar a un joven?

Inscríbete con Florencia Domeyko al teléfono +56 9 9699 9669 o bien acércate a la Pastoral Social, quienes estarán este fin de semana, afuera de las misas del sábado 19 y domingo 20 de marzo, recibiendo a los interesados. 

Además, 2 becados darán testimonio y estarán presentes para responder inquietudes en cada una de las misas del fin de semana.

¡Pon tu grano de arena y sé padrino de alguno de ellos! Te dejamos  tres testimonios de jóvenes que han podido cumplir sus sueños de vida:

Conny es graduada de ingeniería informática en DUOC UC. Fue becada por tres años desde el 2019. Este 2022 se titula con un excelente promedio de 6,3. Ella nos cuenta que está muy agradecida de sus padrinos: "Para mí la ayuda, además de lo económico, ha significado fe y fuerza. El sentir que había personas que confiaban en mí y en mis capacidades, me animaba a dar lo mejor de mí y a no rendirme". 

"Si tienes la oportunidad de brindar ayuda, así sea pequeña, hazlo. No hay nada más bonito que colaborar con una persona de forma desinteresada para que esta pueda progresar", agrega motivando a personas a convertirse en padrinos. 

José Ignacio, está estudiando Agronomía en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es parte del top 10 de su generación y lleva 5 años recibiendo la beca por parte de sus padrinos. 

Él nos cuenta que la ayuda no solo significa un alivio económico para él y su familia, sino también "una tranquilidad emocional, ya que, siempre están preocupados de mi salud emocional, del estrés, de cómo van las notas. Para mí es como un regalo de Dios que me ha permitido cumplir mis sueños, y poder ser hoy día quien soy". 

José Ignacio se siente muy feliz por la ayuda recibida: "tengo un sentimiento de gratitud muy profundo y sincero, mío y de mi familia, porque el esfuerzo que hacen ellos por mí es maravilloso y me ha permitido cumplir el plan de Dios para mí". 

A Juan Pablo, lo conocimos porque tocaba el órgano en nuestra parroquia y hoy es parte de este programa que lo ha ayudado a estudiar derecho en la Universidad de Los Andes, por casi tres años. 

Está muy agradecido con sus padrinos, ya que, con su ayuda, ha podido cimentar las bases de su futuro profesional: 

"Considero que es muy significativo e importante que las personas, por un deber de justicia y de caridad, decidan compartir lo que tienen con otras personas y así ayudarlas a forjar su futuro. Invito, encarecidamente, a todas las personas que deseen contribuir, a que lo hagan. Yo sé que es algo que se invierte a mediano y largo plazo, pero ¡ténganlo por seguro! Van a tener una retribución plausible el día de mañana, puesto que su ayuda, contribuye a que las personas se puedan formar, educar y así, poner nuestro grano de arena a la sociedad". 

Foto 2: De izquierda a derecha, Conny Sanzana, José Ignacio Sanhueza y Juan Pablo Urriola



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