Tiempo Ordinario es aquella parte del Año Litúrgico cristiano distinto de los llamados Tiempos fuertes: Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua.
Suele ser definido como "el tiempo en que Cristo se hace presente y guía a su Iglesia por los caminos del mundo".
El Tiempo Ordinario del año comienza con el lunes que sigue del domingo después del seis de enero y se prolonga hasta el martes anterior a la Cuaresma, inclusive; se reanuda el lunes después del domingo de Pentecostés y finaliza antes de las primeras vísperas del primer domingo de Adviento.
Las fechas varían cada año, pues se toma en cuenta los calendarios religiosos antiguos que estaban determinados por las fases lunares, sobre todo para fijar la fecha del Viernes Santo, día de la Crucifixión de Jesús. A partir de ahí se estructura todo el año litúrgico.