Durante la cuarentena que estamos viviendo se han multiplicado las iniciativas online para poder rezar desde las propias casas: Misas, rosarios, Adoración al Santísimo y un largo etc. Y cada una de ellas aporta a cada fiel cristiano y a toda persona de buena voluntad la gracia que Dios regala. Sin embargo, me parece que también es importante aprovechar este tiempo para seguir creciendo en la vida espiritual mirando hacia el interior de nosotros mismos a través de la lectura de la Palabra de Dios y la oración silenciosa sin tener que recurrir, necesariamente, a transmisiones online. Entonces, desde la sencillez del corazón podamos comprender que lo fundamental está dentro del corazón: “yo te andaba buscando fuera y Tu? estabas dentro de mi?” (San Agustin). Desafío que también debemos asumir los sacerdotes, pues es un tiempo sin procesiones ni Via Crucis por las calles: “la procesión se lleva por dentro” y muy bien lo saben aquellos que sufren por la pandemia que nos afecta: enfermos, médicos, enfermeras, familiares y tantos otros que nos ayudan para estar bien y seguros en nuestros hogares.
En este tiempo los tradicionales retiros espirituales de Semana Santa se pueden hacer desde el silencio de la propia vida interior, acompañados - única y exclusivamente - por la lectura de la Palabra de Dios. Ya volveremos a los templos. Ahora el tiempo de Dios se juega en lo íntimo del corazón para que se consolide una fe madura y adulta, donde la comunidad cristiana se fortalece en la familia, pequeña iglesia doméstica, como nos enseña el Concilio Vaticano II.
P. Fco. Javier Astaburuaga Ossa
Santiago de Chile, 4 Abril 2020