Acoger a los padres que desean bautizar a sus hijos e hijas es la misión de la catequesis bautismal, así lo compartió Constanza Arretz, quien llegó a nuestra parroquia para bautizar a sus hijos. Luego de haber recorrido otras parroquias donde derechamente no fue acogida por ser una madre separada, Constanza llegó a la catequesis bautismal de nuestra parroquia.
“Estoy casada por segunda vez, y cuando quise bautizar a mi primer hijo me cerraron las puertas en varias iglesias por ser separada y acá en San Francisco de Sales me acogieron súper bien”, nos cuenta Constanza.
La experiencia se volvió a repetir al querer bautizar a su segundo hijo, en mayo de este año. Uno de los padrinos estaba separado, lo que fue motivo de rechazo por parte de otras comunidades a las que llegó Constanza. “Nos cerraron las puertas, llamé a la parroquia San Francisco de Sales y nos abrieron las puertas. Le tengo mucho cariño a esta comunidad”.
Bautizar a sus hijos era una bendición para Constanza, “es pertenecer a la iglesia, iniciar un camino en la Iglesia y que te bendigan, que te purifiquen. Dios y la Virgen han sido mis fieles compañeros toda la vida”.“La comunidad de San Francisco de Sales es muy acogedora, en vez de echarte te atrae, te dan ganas de volver, he tenido una tremenda experiencia”, nos compartió Constanza.
