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Los Hermanos Karamasov, una idea cristiana del hombre
INTRODUCCIÓN
“El deseo de matar, ¿es menos grave que el acto mismo?”
Fëdor Dostoievski
La biografía de Fëdor Dostoievski (1821-1881), uno de los más célebres novelistas rusos, será la fuente a partir de la cual surgirá su última novela, considerada por muchos autores como su obra cúlmine.
En la obra se pueden reflejar tres acontecimientos que marcaron la vida del escritor. En primer lugar, la relación con su padre. Hijo de un padre alcohólico, de carácter autoritario, tiránico y avaro, y de una mujer enferma y animosa a quien quería mucho, sufrió tempranamente la muerte de su madre, cuando tenía sólo 13 años. Esto no hizo más que agravar el alcoholismo y la crisis emocional de su padre, lo cual llevó a que Dostoievski llegara incluso a desear la muerte de su padre. Entonces sucedió un hecho inesperado: en 1939 un grupo de campesinos lo asesinó, aparentemente como represalia por sus abusos y malos tratos. Su hijo, que entonces tenía 18 años, se sintió sumamente culpable y desde entonces se preguntó muchas veces: “El deseo de matar, ¿es menos grave que el acto mismo?”[1] Por esta razón, el tema del asesinato, del pecado y de la redención será el telón de fondo de sus novelas, como se puede apreciar en sus dos novelas mayores: Crimen y Castigo y Los hermanos Karamazov. Y podemos inferir que el recuerdo de su padre quedó plasmado en el padre de los hermanos Karamazov, en FedorPavlovichKaramazov, un personaje ruin que encarna el mal uso de la libertad, dejándose llevar por las pasiones y vicios.
Otro hecho muy influyente sucedió mientras escribía esta obra; una nueva tragedia personal alteró su vida: en mayo de 1878 murió su hijo de tres años, Aliosha. Este hecho fue devastador para Dostoievski, principalmente porque el niño murió de epilepsia, condición que heredó de su padre[2]. El dolor del padre por la partida de su hijo se refleja en que nombra a Aliosha el “héroe” de la novela, dotándolo de las cualidades que él más admiraba, recibidas a partir de una entrañable relación con Dios: un amor al prójimo, a sus hermanos y a cuantos encontraba en el camino, una libertad bien conducida, una capacidad de elevar el sufrimiento y darle un sentido cristiano. Esta tragedia aparece explícitamente contada (aunque con otros nombres) en la historia del Capitán Snegiriov y su pequeño hijo fallecido, Iliüshenchka.
